8.22 “Las dos maneras de contemplar la vida de este tercer tiempo, autoafirmación y autonegación, cierran la puerta a inscribir en el cerebro el interrogante de la ignorancia. El hombre tecnocrático se aleja en progresión geométrica del hambre de curiosidad, saciado por el banquete grosero del bienestar y arropado por la avalancha de informaciones mezcladas e insustanciales. Se pierde la noción de que lo ignorado supera con creces a lo conocido, aunque con ello se pretenda entender el todo. Ni siquiera se asume que cuando alguien nace cambia el mundo, y cuando alguien muere, también”.