Me temo, Duende, que nadie va a poder darte la explicación
que pides.
Llevo participando en este blog desde que echó a andar, y en
infinidad de ocasiones — vamos, que en casi todas — me ocurre lo mismo que a
ti, y me siento tentada de clamar “¡¡¡que alguien me lo explique, por
favor!!!”.
Luego entiendo, eso sí lo entiendo, que en el mundo del
pensamiento nada tiene una interpretación única, y que — tal vez — no siempre ha de ser
obligatoriamente la Razón quien entienda y se lo dé, al pensante, cocinado y
masticado. Y que la interpretación que cada cual hacemos, esa sí, es irrepetible y única.
Si acabas de llegar a este blog te recomendaría, si no
conoces el libro en el que se basa, que echaras un vistazo hacia atrás, leyeras
los textos desde el principio; ahí tal vez te hicieras una idea — la tuya,
personal e intransferible — de qué
pretende (que no me parece "pretender"la palabra acertada, pero no encuentro
otra) trasmitir el libro y de que todos los que comentamos nos
movemos por los textos y por los comentarios pues… como podemos; como en la
vida misma.
¿Y no vivimos cada día sin estar, muchísimas veces,
entendiendo la vida?
He leído tu comentario en Otras Políticas; ahí haces una
pregunta, “Quizás hay ocasiones donde
todos pensamos lo mismo y realmente sea lo mismo, ¿o no?”.
Bueno, pues yo me tomo la libertad de opinar y responderte
que no; que nada es lo mismo. Y que si tu razón no entiende, pues algo habrá de
ti, o en ti, que de alguna manera sí que entienda, y que a ti mismo te
sorprenda.